Lo que debe formar un padre en sus hijo III Parte: El dominio propio (en sus posesiones y en su lengua)
 

Cómo inculcar esta cualidad a nuestros hijoss
 

Por: Lic. Eduardo Alvarado

Definitivamente la primera y muy importante en nuestro tiempo: aprender a administrar el dinero. Esto es fundamental como apuntábamos anteriormente y es imprescindible que en los padres exista esta característica de manera distintiva.

Se debe insistir también que para inculcar esta cualidad en nuestros hijos deben aprender a enfocarse  en los quehaceres de la casa y en las tareas de la escuela.
Para inculcar esta cualidad en nuestros hijos apuntamos los siguientes aspectos:

  • Subraye el valor de esperar para obtener algo que se desee.

Debemos insistir que dar a nuestros hijos todo lo que desean, solamente les echará a perder, porque no tienen idea del valor de las cosas, y solamente lo pueden aprender cuando les enseñamos a esperar para obtener inclusive cosas que en nuestro tiempo parecen ser imprescindibles; cosas tales como los celulares, los ordenadores, e inclusive ropa de marca. Aquí también los padres, debemos ser ejemplos de lo que predicamos.

  • Cumplir nuestra palabra.

Parecería que todos entendemos la importancia de cumplir siempre lo que prometemos, y aún, estigmatizamos a cualquier persona que no cumple. Hablamos de nuestros gobernantes que prometen en sus campañas llevar  a cabo obras importantes, y después, ya en funciones, difícilmente cumplen lo que ofrecieron. Sin embargo, parecería que es un rasgo prevalente en nuestra cultura.

En el caso de lo que debemos enseñar a nuestros hijos para ejercitar el dominio propio en todas las áreas, esto reviste mucha importancia, pero si nosotros no cumplimos lo que prometemos o si ellos ven que no sólo hacia ellos, sino en aspectos de nuestra vida diaria o laboral, no cumplimos lo que prometemos, no les podremos a ellos tampoco, inculcar este rasgo importantísimo de su carácter. Esto debe prevalecer, aunque no nos beneficie a nosotros, o tratándose de nuestros hijos, aunque no les beneficie a ellos. Si prometemos, debemos cumplir.

Quisiera mencionar también en este punto, que a menos que los hijos aprendan a creer que vale la pena esperar, no lo harán. Escojamos con cuidado aquello que podemos dar al prometer, más vale que no prometamos, a que prometamos y no cumplamos, que nuestro sí, sea sí; y también considerar algo muy importante: la recompensa para nuestros hijos, debe ir acorde con algo que a ellos les satisfaga ampliamente, no lo que nosotros creamos que les satisface. Esto tiene que ver definitivamente, con conocerlos.

  • Demos ejemplo de autocontrol y dominio propio en cosas pequeñas.

Esto tiene que ver con hacer lo correcto, aunque al hacerlo, renunciemos a algo que hubiéramos podido disfrutar. Con un ejemplo de un padre haciendo lo correcto para con sus hijos, ellos aprenderán también para el futuro esta cualidad y la trasmitirán a sus hijos.

Si nos damos cuenta, de lo que hablamos aquí, tiene que ver con el darse por los demás, con ver por las necesidades de los demás, antes de las de nosotros. Por ejemplificar esto: si un padre se abstiene de adquirir un auto nuevo, porque en ese momento hay una necesidad familiar, que podrían ser: atender problemas médicos de los hijos o de algún familiar, o pagar colegiaturas en una escuela que sea mejor para sus hijos; será un ejemplo imperecedero para ellos, que les motivará a amar a sus padres entendiendo por un lado que ellos son valiosos, y en el  mismo sentido, esta acción, les llevará a pensar siempre en los demás, antes de satisfacerse.

En nuestros hijos el ejemplo, podría ser; el abstenerse de comprar una bicicleta para ayudar a una familia que no tiene recursos y quedarse con su bicicleta antigua, etc.

En la aplicación espiritual recordemos un pasaje de la Escritura: Hebreos 11:24-25 “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios, antes de gozar de los deleites temporales del pecado…”.

Moisés tomó una determinación de hacer lo correcto, aun sabiendo que la decisión le iba a representar perder todo lo que había poseído con amplitud.

El dominio en su lengua
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