Lo que debe formar un padre en sus hijo III Parte: El dominio propio (en sus posesiones y en su lengua)
 

Reflexionemos en el propósito de nuestras palabras
 

Por: Lic. Eduardo Alvarado

Platón expresó esta frase: “Los sabios hablan porque tienen algo que decir; los tontos, porque tienen que decir algo.”

¡Qué importante declaración! Si usted es un padre que anhela formar a una generación diferente, que no solamente hable, sino que cuando hable produzca algo en la gente que la lleve a reflexionar, o considerar lo que se expresa,  necesita atender seriamente lo que platicamos hoy. Porque el corazón y la mente del ser humano, son envenenados por las actitudes de crítica sin propósito de ayudar. Alguien decía que solamente una persona puede criticar a otra, si verdaderamente le ama.

En la Escritura se menciona en el libro de Santiago 3: 8 “…pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.”

En el contexto de este pasaje se habla acerca  de cosas pequeñas, las cuales, no importando su tamaño, pueden manejar grandes situaciones (por ejemplo: el timón en los barcos, por donde el que lo maneja dirige la embarcación. Pero la lengua, siendo uno de los miembros más pequeños de nuestro cuerpo puede producir grandes desastres. Por ello la Biblia habla acerca de la lengua como de un mal que no puede ser refrenado.

Y es que hablando acerca de estos valores que son imprescindibles en las familias, debemos procurar que nuestras palabras no destruyan los vínculos. Nada es más hermoso que una familia que sabe comunicarse, pero cada vez es más difícil encontrar esta especie. Como que los seres humanos, estamos perdiendo la facultad de usar el lenguaje como el medio por excelencia para trasmitir ideas que enriquezcan el alma, y cuando lo usamos, pocas veces hay expresiones que puedan lograr ese propósito.

Piense usted en expresiones como estas que son habituales en los hogares de nuestro país y de otros lugares en el mundo: “Nunca serás algo en la vida”, “¿Acaso nada puedes hacer bien?”, “Eres el más despreciable que haya recorrido la tierra jamás”. El abuso verbal -dicen los expertos- que es tan dañino como el maltrato físico y aún más, porque el daño físico, puede revertirse, el daño que se causa con palabras a veces, nunca alcanza a sanar.

Hay otra frase que pronunció el conocido matemático Blas Pascal, que nos lleva a la reflexión en este tema: “Encontramos defectos hasta en la perfección misma”.

Pensando en lo que los padres debemos hacer para con nuestros hijos en esta área, lo mejor será empezar por nosotros mismos considerando qué es lo que hasta hoy hemos hecho que pudiera haber dañado a nuestros hijos con palabras. Esto puede empezar a realizarse considerando el ejercicio práctico que mencionamos con la grabadora.

La verdad es que aun para el más maduro, es difícil recibir una crítica de alguien. Si esto es así, ¿Por qué somos tan propensos a criticar a los demás?

Cómo ayudar a nuestros hijos
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