Un joven como cualquier ser humano, tiene necesidades físicas, afectivas y espirituales. Cuando se descuida alguna de estas necesidades evidentemente habrá consecuencias.
Si se descuidan las necesidades físicas, si no se alimenta bien, entonces va a ser un joven desnutrido que fácilmente se cansa, está agotado y sin energía, porque descuidó una necesidad física, como es la alimentación.
Cuando se descuidan las necesidades sentimentales de afecto, la persona puede verse afectada en su estado anímico de forma dramática, cuando no encuentra el cariño que debe de encontrar en el hogar, en la familia, y tampoco lo encuentra en otro lado, evidentemente eso provoca un desequilibrio emocional en la vida del joven, lo puede llevar a un estado depresivo.
Por otro lado también están las necesidades espirituales que todo ser humano tiene.
Un científico de siglos pasados, Jean Pascal , un matemático reconocido como un gran pensador y científico dijo:
“El ser humano tiene un hueco en su interior que tiene la forma y el tamaño de Dios”.
Esta es una aseveración cierta. El ser humano es un ser espiritual que tiene necesidades no solamente físicas y afectivas, sino también espirituales. Esas necesidades espirituales solamente Dios las puede atender, y solamente Él.
Lamentablemente, en muchas ocasiones los seres humanos se conforman con simplemente asistir rutinariamente a “x” o “y” actividad religiosa y con eso suponen que ya atendieron su necesidad espiritual.
Pero cuántas personas conoces que van y van a muchas actividades religiosas y su vida sigue estando hueca y vacía, amargados, deprimidos y tristes, sin embargo cumplen al pie de la letra con su actividad religiosa.
Dios jamás dijo que la solución del hombre es la religión. Dios jamás dijo que la solución para el vacío existencial que tiene el hombre es hacerse miembro de un grupo religioso. Dios jamás ha dicho eso. La palabra de Dios jamás dice eso.
Lo que sí dijo el Señor Jesucristo fue: “Si tienes sed, ven a mí y bebe, si bebes de mí no volverás a tener sed jamás”.
Entonces, la invitación que hace la palabra de Dios no es a tener una religión, no es a asistir fielmente, domingo a domingo a un grupo, esa no es la invitación. La invitación es a acercarte a Dios, conocer al Señor Jesucristo, a ir a Aquél que nos invita a beber de Él. Y cuando digo beber de Él se entiende que se refería a un beber espiritualmente.
Jesús es el hijo de Dios que nos puede quitar la sed, que Él nos puede ayudar a llenar nuestro vacío. Él dijo “yo soy el pan que he bajado del cielo, el que tenga hambre puede comer de mí” .
Entonces, si estamos hablando de que el suicidio es una realidad, de que los jóvenes mueren por suicidarse, y la causa número uno para que el joven se suicide es estar deprimido, entonces es importante volver a las necesidades básicas del ser humano.
Las necesidades básicas del ser humano no son solamente comer, vestir, protegernos, también lo es el cariño de la familia y otra de las necesidades básicas son las necesidades espirituales. Esa necesidad es una realidad.
Cuando una persona logra atender esa necesidad, es una persona que entenderá lo que es realmente vivir en paz, con alegría en el corazón y tener por delante muchas metas y proyectos con optimismo, sabiendo que su vida no depende de la suerte sino que depende de Dios.
Hay un texto en la Biblia que dice:
“El avisado ve el mal y se esconde, más los simples pasan y reciben el daño”.
Proverbios 22:3
La palabra de Dios dice que el que es inteligente en esta vida, entiende en dónde está el problema y toma medidas para evitarlo. Pero aquél que es simple, aquél que no quiere evitar esos problemas de la realidad, simplemente no toma precauciones y todo el daño lo recibe, y le afecta.
Que la tragedia no visite tu hogar innecesariamente. Hay que luchar por cambiar esta sociedad tan violenta. Toma todas estas cosas en cuenta para evitar graves tragedias. Que Dios te bendiga.
Dr. Salvador Cárdenas |