Vivimos en una sociedad que trabaja en función de los intereses de los hombres, en la mayoría de los casos, quienes dirigen las corporaciones, los departamentos gubernamentales y las universidades son hombres que muchas veces ponen las cosas de tal forma que para las mujeres es sumamente difícil, aunque no imposible, ganar acceso a posiciones de alto nivel. Esto es sólo un ejemplo de la estructura del poder masculino.
Por lo general, los hombres carecen de los mínimos conocimientos y habilidades sobre sus emociones, o sea, cómo gobernar sus emociones y la manera en que funcionan los sentimientos del hombre. Sus incapacidades llegan hasta el punto de tener dificultad para identificar lo que sienten.
Los hombres han mirado hacia fuera, hacia el exterior, y se han olvidado que lo importante está adentro, lo interno de nuestro ser. Según investigaciones científicas, la mayoría de los problemas psicosociales, tales como alcoholismo, estrés, dependencia a las drogas, suicidios y enfermedades mentales, atacan principalmente al hombre.
Asimismo las principales causas de muerte relacionadas con el estilo de vida –cáncer, infartos, accidentes automovilísticos, muertes por violencia, abuso sexuales en niños- son más comunes entre los hombres. ¿Cómo se está expresando la verdadera masculinidad? Muy poco y, ¿la falsa? A grandes rasgos, es la que predomina en nuestra sociedad.
De ahí podemos entender la crisis de identidad que tienen muchos niños y jóvenes adolescentes varones y como al llegar a la etapa adulta, físicamente hablando, siguen siendo muy inmaduros y muy niños y su carácter está moldeado por los medios de comunicación, por lo que aprendieron en su grupo de amigos o por sus propias reacciones, al no tener un modelo de hombre verdadero.
La masculinidad se manifiesta, predominantemente, en el poderío masculino. ¿Qué tan falso es el concepto de masculinidad hoy en día, que el poderío masculino se refleja dolorosamente en el hecho de que los hombres cometen alrededor del 90% de los crímenes violentos y casi el 100% de las violaciones?
Estas cifras no están asociadas a factores hormonales sino a un malentendido del rol que desempeña socialmente la masculinidad. Aquí hay algunas creencias populares de lo que debe ser un hombre, obviamente estas creencias falsas llevan a una mala calidad de vida. Algunas de estas creencias son:
Debe ser agresivo y competitivo: esto lleva a los varones a involucrarse en situaciones potencialmente peligrosas, la idea de que el hombre debe ser valiente y arriesgado, que no debe tener miedo frente al peligro es la causa de un gran número de accidentes, muchos de ellos fatales.
Inexpresividad emocional: cuando se es hombre no se debe expresar las emociones, deben aguantarse. Eso es falso, porque contribuye a generar trastornos y enfermedades de la salud al no poder expresarlos, estas enfermedades pueden llegar a ser graves, como las enfermedades del corazón, las gastrointestinales o mentales.
Deben ser fuertes, no deben consultar al especialista cuando están enfermos: a muchos hombres les resulta difícil solicitar ayuda médica y cuidar su salud, muchas veces llegan a la consulta médica con cuadros avanzados de la enfermedad, a veces irreversibles, debido a una obstinación en no pedir ayuda en los periodos anteriores de la enfermedad. Pareciera que el pedir ayuda está asociado al hecho de mostrar debilidad frente a los otros.
Consultar con un psicólogo es de débiles: el miedo que tienen muchos hombres a realizar una consulta psicológica o psiquiátrica está casi siempre asociado a la idea de que ellos deben ser capaces de resolver por sí mismos sus problemas. Además los tratamientos de los especialistas en el campo de la salud les van a requerir hablar de sí mismos y de sus sentimientos, tarea para la cual se sienten imposibilitados. |