Existen once mitos y creencias en relación al género masculino. Un mito es algo que se tiene por cierto y no lo es.
- El poder, la dominación, la competencia y el control son esenciales como una prueba de masculinidad.
- La vulnerabilidad, los sentimientos y las emociones en el hombre son signos de feminidad y deben ser evitados.
- El control de sí mismo y sobre otros es esencial para que el hombre se sienta seguro.
- Un hombre que pide ayuda o trata de apoyarse en otros muestra signos de debilidad, vulnerabilidad e incompetencia.
- El pensamiento racional y lógico del hombre es extremadamente inteligente y puede enfrentar cualquier problema.
- Las relaciones interpersonales que se basan en sentimientos, intuiciones y contacto físico son consideradas femeninas y deben ser evitadas.
- El éxito masculino en las relaciones con mujeres está asociado a la sujeción de la mujer a través del uso del poder y el control de la relación.
- El ejercicio de la sexualidad es el principal medio para probar la masculinidad. La sensualidad y la ternura son consideradas femeninas y deben ser evitadas.
- La amistad con otros hombres debe ser evitada porque lo vuelve vulnerable y lo pone en desventaja en la competencia por las mujeres, puede implicar afeminamiento y homosexualidad.
- El éxito masculino en el trabajo y la profesión son indicadores de su masculinidad.
- La estima del hombre se apoya principalmente en sus logros y éxitos obtenidos en la vida laboral y económica.
Estos mitos son falsos pero son creencias que están en las mentes de muchas personas y lleva a problemas familiares, sociales y mala calidad de vida en las familias y en los seres humanos. Esta serie de creencias se convierte en una verdadera trampa que impide reflexionar en las desventajas que trae el no entender el qué consiste realmente ser hombre.
La fuerza de los mitos culturales hace que la mayoría de los hombres y de las mujeres no cuestionen alguno de estos principios, mal entendidos a lo largo de su vida.
Dentro del ámbito de la antropología podemos encontrar que el comportamiento considerado masculino o femenino está, en gran parte, determinado por factores culturales. Esto quiere decir que esas diferencias son más bien el resultado de una vida que va de acuerdo con las tradiciones de la sociedad en que uno vive.
Ser femenina o masculino son conductas aprendidas e impuestas por la cultura -somos producto de la cultura- que trasmitidas de generación en generación, definen al varón como masculino y a la mujer como femenina y también determina cómo comportarnos de acuerdo a nuestro género.
La cultura nos dice que el hombre debe ser masculino, cuáles son las normas que deben cumplir para ser considerados masculinos, es decir, asumir el rol que la sociedad espera de él. Ser un hombre en una cultura machista es poder, tener, saber, ser importante y confiado de sí mismo, debe sobresalir en las conquistas exitosas, pero muy especialmente en el campo de la sexualidad. |