Trata de castigar al muchacho inmediatamente; en general, la importancia y la efectividad del castigo dependen principalmente de qué tan rápido se le aplica el castigo una vez que el comportamiento que estás tratando de controlar o cambiar sea presentado y no de la duración o la dureza del mismo. El castigo no tiene que ser duro o largo para que sea efectivo, uno de los principales factores que controlan o cambian el comportamiento no es qué tan severo o largo sea, sino que se aplique cada vez que el comportamiento se presente.
Una regla práctica para tener en mente al tratar de determinar qué tan largo será el castigo es estar observando de cerca al muchacho y ver cómo reacciona. Fíjate cuánto tiempo le toma el ocuparse en otras cosas o el darle menos importancia al castigo; la efectividad de éste está determinada por qué tan rápido y qué tan frecuentemente se aplique el castigo una vez que el comportamiento es presentado.
Ahora bien, problemas siempre habrá y problemas que se enfrentarán al usar el castigo también, esto es a causa de los cambios normales que ocurren durante la adolescencia, por ejemplo, el retirarse de las actividades familiares, la disminución de la comunicación e interacción entre padres y adolescentes, el pasar más tiempo con los amigos, etc.
En general, muchos padres tienden a ser castigadores, a poner más atención a los errores, fallas y malos comportamientos de sus hijos que a sus logros y éxitos. Esta actitud es más vista durante el periodo de la adolescencia y muchos adolescentes se quejan de que el único tiempo que sus padres platican con ellos lo usan para criticarlos, darles largos discursos, marcarles sus errores o decirles qué es lo que deben de hacer y lo que no deben de hacer. Debido a que la interacción entre padres y adolescentes disminuye, la mayoría de la comunicación de los padres envuelve atención negativa o castigo.
Al responder a los adolescentes de esta forma negativa, los padres establecen una situación donde la única recompensa que se recibe por un buen comportamiento es el no ser castigado o criticado; sin embargo, no deberían usar siempre el castigo o la atención negativa al disciplinar o tratar con el adolescente. Durante la adolescencia es muy importante reconocer cada cosa que logren y cada comportamiento positivo; la atención positiva, las recompensas y el ignorar ciertos comportamientos o palabras deberían ser el trato que uses con tus adolescentes la mayoría del tiempo. |