Por: Ing. Gilberto Sánchez

Existen informes que evidencian que ya desde el siglo XIX existían personas  que se provocaban el vómito después de comer en forma excesiva.

En 1940, este trastorno se consideró un síndrome. En 1980, la Sociedad Americana de Psiquiatría incluyó la bulimia en el Manual de Psiquiatría como una enfermedad diferente a la anorexia.

Ambos trastornos vienen desde la antigüedad. Pero es ahora cuando se le ha estudiado, tipificado y definido. Se sabe que son producto de múltiples factores, entre ellos, los siguientes:

• Trastornos emocionales
• Trastornos de la personalidad
• Depresiones familiares
• Cuestiones genéticas y/o biológicas, y
• La presión grupal o influencia social.

La idea de la estética, trasmite a los jóvenes un sistema de valores que se basan en el “buen look”, es decir, tener una buena apariencia.

El problema es que puede derivar en una delgadez del cuerpo y producir enfermedades, así como afectar negativamente a algunos jóvenes con problemas familiares y con desajustes de la personalidad.

Por lo que respecta a la cantidad de casos de anorexia, se sabe que ésta se da más en los países sajones que en las sociedades orientales. En Latinoamérica, y específicamente en México, los estudios estadísticos y epidemiológicos son muy pocos.

Según datos del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Subiráin, en muchos países la frecuencia de la bulimia es mayor que la de la anorexia nerviosa.

Pero en México tampoco se tienen cifras sobre la incidencia de este trastorno, debido a que, aún cuando se han aplicado cuestionarios entre la población de riesgo, se esconden los síntomas. Todo debido a que no se quiere reconocer la enfermedad.