Cinco pasos para combatir el estrés

 

Introducción
 

      El estrés es la respuesta de nuestro cuerpo a algo que lo pone en alerta o a un peligro que se percibe. Por ejemplo, vas caminando de noche, escuchas ruidos detrás de ti y te pones nervioso; eso es un estrés. Si vas al trabajo y te dicen: “sólo trabajarás hasta el día de mañana” y tú tenías deudas que pagar, te pones nervioso y ansioso y comienza un estrés.

         Es como cuando vemos que un avión está listo para despegar y virtualmente todos sus sistemas están listos para el despegue; de igual manera, todos los sistemas de nuestro cuerpo -el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, el estómago, etc.- se modifican para poder enfrentar el peligro percibido.

         Hay recursos de estrés a través de estímulos que pueden ser externos o internos. Los estresantes externos son los que están fuera de nosotros e incluyen situaciones como: las temperaturas muy frías o muy calientes, el ambiente estresante de las pobres condiciones de ventilación del trabajo, la luz muy escasa, las relaciones en las que hay abuso, etc. Todos los seres humanos podemos experimentar estrés a través del medio ambiente que nos rodea.

         Los estresantes internos son los que tienen qué ver con los que están dentro de nuestro cuerpo, como: una infección seria, una inflamación o cuestiones de tipo psicológico, etc. Por ejemplo, un estrés psicológico es una preocupación extensa acerca de un evento que va a ocurrir durante el día: te tienes que ver con alguna persona, van a venir a cobrarte, etc.

         El estrés agudo es la reacción a una amenaza inmediata y puede ser causado por cualquier situación de peligro. Un estresante muy común que produce estrés agudo es el ruido; por ejemplo, cuando entras a un complejo de tiendas y la música demasiado fuerte te lastima los oídos.

         O también puede producir estrés el encontrarte en medio de una gran multitud, tener hambre o estar solo; el transitar cuando las calles están llenas de agua y el tráfico se vuelve lento, cuando tienes miedo de que el automóvil se quede varado o sea arrastrado por el agua, etc.

         Bajo la mayoría de las circunstancias el estrés agudo pasa, la respuesta es inactiva, las hormonas del estrés regresan a la normalidad y viene lo que llamamos ‘la respuesta de relajación’; en cambio, el estrés crónico siempre regresa. La vida moderna frecuentemente nos lleva a situaciones estresantes que no son de corto plazo, sino que son crónicas y siempre vuelven.

         Por ejemplo, las presiones del trabajo cada día aumentan más porque hay desempleo, amenaza de quedarse sin trabajo y los salarios no aumentan; o bien, las relaciones humanas a largo plazo -como son los matrimonios- se deterioran y desencadenan un estrés crónico. También la soledad y las frecuentes obligaciones económicas pueden generar estrés crónico.

         Hay condiciones que están relacionadas al estrés y que producen efectos en la salud. Por ejemplo, cuando hay una acumulación de situaciones estresantes que persisten, cuando la persona no puede controlarse a sí misma, cuando hay un severo estrés persistente que es continuación de otro estrés o es una respuesta aguda a un evento traumático. Un accidente de auto, por ejemplo, puede provocar un estrés agudo, pero si ese estrés se vuelve crónico ya no hay respuesta adecuada de relajación.

¿Cuáles son los efectos psicológicos del estrés?
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