Formemos hijos con virtudes
 

La virtud de la fortaleza
 

Por: Profr. Roberto Durán

No nos referimos a la corpulencia física; hablamos de alguien que resiste las adversidades, soporta molestias y como quiera sigue adelante. Esta es una virtud muy grande.

Muchas personas, cuando sufren una situación complicada, inmediatamente bajan la guardia y dejan lo que estaban haciendo, pensando: “No, esto no se pudo”. Y vuelven atrás, se dan por vencidos.

Otros, en una situación matrimonial difícil, en la que el esposo o la esposa se siente incomprendido por su pareja, miran las cosas totalmente negras y piensan que eso no se puede cambiar e inmediatamente “tiran la toalla” y viene el divorcio. Después quieren empezar otra relación y se dan cuenta que es lo mismo.

La fortaleza es cuando, en medio de las adversidades y los problemas persistimos en hacer lo correcto, en alcanzar la meta que nos propusimos. Esta virtud va a ser de mucha utilidad en la vida.

Algunas personas dicen: “A mí me ha ido muy mal en la vida, cuando era niño mi padre me abandonó y tuve que enfrentar la vida desde chico. La verdad es que ya estoy cansado de seguir adelante. Quisiera terminar con mi vida.” Esta es la voz de la desesperanza, de la tragedia y de la desgracia.

Hay personas que han pasado por esas circunstancias o aún peores, pero su forma de ver la vida es muy diferente, ¿qué es lo que hace la diferencia? La virtud de la fortaleza, que se va acentuando conforme se va viviendo, pues todos los seres humanos tienen que enfrentar enfermedades, problemas económicos o familiares, no hay una sola persona en esta tierra que no va a enfrentar algún tipo de problema.

Cuando uno se da cuenta que todos tenemos que pasar por esas situaciones difíciles y ha sido ejercitado en esta virtud, en lugar de amargarse y dar la espalda a lo que empezó, se llena de fe y valor y continúa. Y lo que era para mal le es para bien, por cuanto tiene una perspectiva de la vida completamente diferente.

¿Tienes tú, papá o mamá, esta virtud de la fortaleza? Desarrollarla trae como consecuencia un buen ejemplo para nuestros hijos, ellos verán que en medio de la tormenta va a salir el sol y que todas las cosas nos serán para mejor. Realmente se quiere cultivar la virtud de la fortaleza.

El valor de la humildad
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