Formemos hijos con virtudes
 

El valor de la humildad
 

Por: Profr. Roberto Durán

La humildad es una virtud poco buscada por las personas, el hombre de éxito, soberbio, que no necesita de nadie es el hombre aplaudido. Quien reconoce sus propias insuficiencias, que se siente inútil ante muchas cosas, es alguien que es digno de reproche o de compasión.

Este mundo está al revés. No hay ser humano que no tenga insuficiencias. No existe una persona que no tenga deficiencias o errores. La humildad es cuando una persona sabe reconocer sus faltas y se hace responsable de sus acciones; es alguien que no hace las cosas por recibir aplausos, sino por la razón de hacer las cosas correctamente aunque no haya reconocimiento de por medio.

Cuando una persona es sorprendida en una falta en su trabajo, inmediatamente pone excusas o imputa responsabilidades a otros para restarse la suya. ¿Por qué? Porque no es humilde para reconocer sus faltas. Las personas creen que cuando reconocen un error van a perder el respeto.

Muchos padres fracasan por esa falta de humildad ante sus hijos. La humildad en los padres lleva a reconocer los errores que se comenten con los hijos y a pedirles perdón cuando se equivocan. Muchos tienen miedo de reconocer esas faltas porque creen que van a perder el respeto, pero la humildad no te lleva a eso; todo lo contrario. Si eres humilde en reconocer tus errores, te estás reafirmando en tu autoridad y los hijos ven a alguien en quien pueden confiar, un ser humano que comete errores, como todos, pero que sabe enmendarlos.

Necesitamos cultivar esta virtud. La falta de humildad hace pedazos la relación matrimonial. Muchas veces, tanto el esposo como la esposa han cometido faltas y no las reconocen. La humildad es necesaria para relacionarnos con nuestros semejantes, es un ingrediente necesario e indispensable, que se puede ver en muy pocas personas.

Además, es algo que se aprende, se enseña y se trasmite a nuestros pequeños. Cuando le muestras a tu hijo la falta que cometió y con sencillez lo llevas a reconocer su error le estás enseñando y forjando esa virtud, la cual le será muy necesaria en su vida futura.

¿Quieres tener amistades duraderas? Necesitas tener esta virtud. Primeramente usted, como padre, para que la pueda enseñar a sus hijos. No son palabras sino su ejemplo lo que ellos van a aprender.

La laboriosidad
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