La sociedad en la que vivimos le da más importancia a las habilidades, la formación académica o los títulos que una persona logre acumular a lo largo de su vida. La educación es importante, sí, pero para que nuestros hijos tengan una formación integral, se necesita que nosotros, los padres, les enseñemos los valores y formemos en ellos las virtudes necesarias para que logren la excelencia en la vida.