Formemos hijos con virtudes
 

La paciencia
 

Por: Profr. Roberto Durán

Llamamos virtud a la paciencia porque sabe sufrir sin perturbación de ánimo por un tiempo prolongado. Una persona paciente es alguien que sabe resistir valerosamente tanto enfermedades como situaciones muy difíciles.

Conocí a una persona que le diagnosticaron una enfermedad irreversible y en etapa terminal en los huesos. Esta persona estaba contenta y tranquila, sabiendo que ese tiempo que aún tenía para vivir lo debía dedicar a estar más con su familia, a ayudar a otros y a hacer lo que no había hecho en mucho tiempo. En medio de sus dolores tuvo la resignación de resistir con paciencia su enfermedad y vivir correctamente hasta el último día. Eso es paciencia.

La paciencia la podemos ver en cosas pequeñas y grandes, por ejemplo, cuando salen de viaje en familia y los niños se incomodan por tantas horas de viaje. Ahí usted debe enseñarles a estar tranquilos en medio de tanta incomodidad. Ellos aprenderán que muchas cosas, por incómodas que sean, hay que hacerlas de buena gana.

La paciencia es sumamente importante. Usted necesita tenerla y estar continuamente trabajando en ella. Padres, la paciencia es una virtud que usted va a desarrollar con los hijos. Muchos padres se desesperan y comienzan a gritarle a los hijos, eso es incorrecto, totalmente desagradable y va a deformar el carácter de sus hijos.

Pero cuando alguien sabe tener paciencia para formar, para enseñar, para corregir, para educar y para tener tiempo para los hijos, está mostrando paciencia a su familia. Esa paciencia tendrá sus frutos y sus hijos aprenderán de usted y estarán aplicando esta virtud en sus vidas.

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