Formemos hijos con virtudes
 

La responsabilidad
 

Por: Profr. Roberto Durán

La responsabilidad no es sólo hacer las cosas correctamente, es asumir las consecuencias de nuestros actos, cualquiera que sean. Esto no es sencillo. Cuando la gente vive en la irresponsabilidad pierde el trabajo o se convierte en una persona que no es digna de confianza.

Esa irresponsabilidad se plasma en toda su persona, en el matrimonio y en la familia. Cuando alguien no sabe ser responsable en su matrimonio lo más fácil es abandonar. Cuando alguien no es responsable en la educación de sus hijos, lo más fácil es darles de comer y pensar que eso es suficiente.

Cuando alguien no es responsable le saca la vuelta a las cosas difíciles que le cuestan trabajo, porque no fue formado para ser responsable en lo que se requiere. Ser responsable es saber que vas a tener que dar cuenta de lo que hiciste con tus hijos, cómo los educaste y criaste, cómo los trataste. ¿Eres responsable? ¿Estás enseñando la responsabilidad a tus hijos?

Quisiera leer unas palabras que están en la Biblia, en Proverbios 22:6 y dicen: “Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”.

Si tú instruyes a tu hijo desde pequeño en lo correcto, aún cuando sea viejo permanecerá en eso que le has enseñado. Esto será más valioso que la fortuna que le podrías dar en cosas materiales, pues eso es tan pasajero y superficial que en un momento está y en otro ya no está. Pero el que ha formado a sus hijos en las virtudes está dejando una herencia más valiosa que riquezas y bienes materiales.

¿Cuáles son los obstáculos más comunes que tienen los padres al tratar de formar en sus hijos estas virtudes? Principalmente es la sobre-actividad, los trabajos que tienen ambos padres, el cansancio, las distancias, el estrés, etc. En estas condiciones los padres tienen muy poca energía y fuerza, no tienen tiempo de calidad para dedicarles a sus hijos y esto impide tener un tiempo adecuado con la familia.

Cuando las personas están empeñadas en tener comodidades y bienes están perdiendo lo mejor por lo excelente. Tener bienes materiales es bueno, forjar una herencia y un patrimonio es correcto, pero más correcto es haber dedicado tiempo a los hijos.

Es necesario quitar obstáculos y dedicarse a la familia. Es como aquel que labra la tierra, tiene que quitar las piedras y las hierbas, hacer surcos y sembrar la semilla, tiene que esperar la lluvia y cuidar las plantas para esperar una cosecha. De igual manera una persona que se dedica a la crianza de sus hijos necesitará tiempo y esfuerzo, pero al final valdrá la pena.

Hay otros obstáculos como la disfunción familiar, un padre alcohólico, un divorcio, etc. ¡Cuán importante es arrepentirse de esto para poder dedicarse a la familia y al hogar! La gente hoy ya no quiera casarse ni tener familia.

Es necesario estar con la familia y con los hijos para que cuando usted vea a su hijos formados tenga la satisfacción de que sean personas de bien, que hagan lo correcto y que valgan la pena. O por el contrario, cuando vea a sus hijos en la droga, en la borrachera o fracasados, verá que se dedicó más al trabajo y al dinero, pero descuidó lo más importante, el tesoro más grande y valioso: sus hijos.

Introducción
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©