En el mundo entero, 4 de cada 10 niños sufren obesidad, y esto no es precisamente el resultado de un factor hereditario; los medios de comunicación, la ausencia de actividad física, así como la falta de interés y conocimiento de los padres respecto a la sana alimentación que deben mantener sus hijos, han sido factores determinantes en esta problemática.
Alimentar saludablemente a los niños es una responsabilidad primaria de los padres y profesionistas que trabajan con ellos.